
Llegaba el jueves 25 de septiembre. Tras las Fiestas Patronales, El Viso del Alcor entraba de lleno en la recta final para la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores, titular de la Hermandad Sacramental de los Dolores. En dicha jornada comenzaba el Triduo Misional con el traslado de la Santísima Virgen a la Iglesia Conventual del Corpus Christi.
A las 21:00 horas daba comienzo el primero de los traslados enmarcados en el Triduo Misional, partiendo Nuestra Señora de los Dolores desde la Iglesia Parroquial de Santa María del Alcor. Para estos días, la Sagrada Imagen portaba la saya de salida, también conocida como de las Guerreras, y el primitivo Manto de las Palomas. Además, la Virgen lucía diadema, como signo inequívoco de lo que sucedería en un par de semanas.
Las andas, preparadas por la priostía de la Hermandad expresamente para estos traslados e iluminadas con dos faroles, fueron portadas por todos aquellos que así lo desearan. Igualmente, las distintas cuadrillas de costaleros de la localidad estaban invitadas en distintos puntos de los traslados.
El itinerario esta primera noche estaba marcado por la visita al Barrio del Calvario. Así, el trayecto seguido fue Manuel Roldán «El Campanero», Amargura, Albaicín, Calvario, Virgen del Mayor Dolor, Cristo del Amor, Virgen de los Dolores, Jesús Nazareno, Rosario, Jesús Cautivo, Albaicín, Conde de Castellar, Plaza Sacristán Guerrero y Convento, llegando al templo mercedario a eso de las 23:30 horas. Durante todo el traslado, la Sagrada Imagen era girada hacia los enfermos, impedidos y personas mayores que se encontrasen esperando a la Virgen en cualquier punto del itinerario.
Durante el recorrido de este primer traslado no faltaron calles y fachadas bellamente exornadas para la ocasión. Al finalizar la Calle Virgen de los Dolores, la que lleva el nombre de la Virgen, los vecinos del Calvario hicieron entrega de un broche a la Santísima Virgen con la Cruz del Calvario, entregando también un ramo de flores. Esto fue una tónica habitual durante estos días, al ir acumulando las andas los distintos ramos y petaladas como ofrendas de los vecinos y devotos a la Virgen de los Dolores con motivo de esta efeméride.
La llegada de Nuestra Señora de los Dolores a la Iglesia Conventual del Corpus Christi dejó una de las imágenes que serán más recordadas del Triduo Misional, con la Virgen de los Dolores a las plantas de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Señor de El Viso. Estas grandes devociones de la localidad coincidieron en el altar mayor del templo mercedario gracias a que Nuestro Padre Jesús Nazareno se encuentra presidiendo dicho templo, sede canónica de su Hermandad, con motivo del Año Jubilar de la Esperanza. Allí quedaría la Santísima Virgen hasta la celebración del primer día de culto del Triduo Misional, casi 24 horas después.
Este era solo el primero de todos los traslados que tenía por delante la corporación de la noche del Viernes Santo visueño, con la Virgen de los Dolores visitando cada uno de los templos de la localidad.



