
Llegaba el segundo día del Triduo Misional de Nuestra Señora de los Dolores con motivo de su Coronación Canónica. En esta jornada, la Hermandad Sacramental de los Dolores dedicó el día a los Fieles Difuntos de la localidad.
Tras haber estado la Santísima Virgen en veneración en la Capilla María Santísima de la Esperanza, a las 19:00 horas se iniciaba el traslado hacia el Cementerio Municipal de San Francisco. Este fue, sin duda, uno de los momentos más sobrecogedores del Triduo Misional, al recorrer Nuestra Señora de los Dolores prácticamente todo el interior del Camposanto visueño. La Sagrada Imagen llegó a casi cada rincón del lugar, bajo un cielo donde los nubarrones iban ganando presencia poco a poco.
Tras la presencia de la Virgen de los Dolores en el Cementerio Municipal, las andas se dirigían hacia el templo de la Barriada del Carmen de nuevo, donde tuvo lugar el segundo día del Triduo Misional. A su finalización, la corporación de la noche del Viernes Santo anunciaba el aplazamiento del regreso del Triduo Misional al jueves 2 de octubre, tras obtener el permiso pertinente por parte de la Hermandad de Vera-Cruz y Rosario, ante las previsiones meteorológicas para la tarde del siguiente día.
Las muestras de fervor en honor a Nuestra Señora de los Dolores se hicieron aun más presentes en el traslado que llevaría a la Sagrada Imagen desde la Capilla María Santísima de la Esperanza hasta la Capilla del Rosario. Para este traslado, el recorrido previsto fue Avenida de Blas Infante, Manuel Jiménez León, Juan XXIII, Juan Bautista, Conde, Feria, Sevilla, Manuel Jiménez León y Rosario. Los vecinos de estas calles se afanaron en los preparativos para recibir a la Santísima Virgen, quedando palpable en los momentos vividos durante este tercer traslado.
Las calles se encontraban engalanadas con distintas colgaduras, gallardetes, banderas e incluso pequeños altares en los hogares de los vecinos. Todo preparado a conciencia y con ilusión por unos vecinos que, como sucedió en los días anteriores, daban lo mejor que tenían para recibir a Nuestra Señora de los Dolores. Los momentos de rezos y oración se fueron alternando con las distintas petaladas, vivas, fuegos artificiales y las distintas ofrendas en forma de ramos de flores, llegando un momento en el que ya no era posible ser colocados en las andas de la Virgen.
Sin embargo, la lluvia anunciada para el día siguiente se adelantaba y hacía acto de presencia cuando la Sagrada Imagen se encontraba por Calle Juan Bautista. Este hecho motivó que las andas avanzasen con mayor celeridad de lo ideado en las calles Conde, Feria y primera mitad de Sevilla, para evitar en la medida de lo posible la exposición de la Santísima Virgen a la lluvia. La lluvia paró en mitad de Calle Sevilla y el traslado retomó el ritmo inicial, sin cesar en ningún momento las muestras de fervor de los vecinos que con tanto esmero habían trabajado en los preparativos durante los días previos.
Al final de Calle Sevilla, una saetera procedente de Jerez de la Frontera le cantó a la Virgen de los Dolores una imponente saeta que estremeció a los presentes por su excelente calidad. Posteriormente, cuando la Santísima Virgen alcanzaba Manuel Jiménez León, el Coro de la Hermandad de Vera-Cruz y Rosario acompañó musicalmente los rezos, demostrándose una noche más que esta Coronación Canónica ha sido algo por y para el pueblo de El Viso del Alcor, siendo partícipes de una u otra forma el resto de corporaciones de la localidad.
Ya en el tramo final del traslado, se procedió al canto del Himno de Santa María del Alcor frente al monumento dedicado a la Patrona de El Viso del Alcor que se alza en la entrada a Calle Rosario. Tras este momento, Nuestra Señora de los Dolores alcanzaba la Capilla del Rosario recibida por múltiples bengalas a su paso, llegando para ser venerada en este popular templo durante varios días. El Triduo Misional finalizaría en este templo en la mañana del domingo, con la Santa Misa en las puertas de la sede canónica de la Hermandad de Vera-Cruz y Rosario.




