
Pese a que en el calendario se vaya mostrando como prácticamente el final, el Jueves Santo llegó el ecuador de la Semana Santa visueña, con la estación de penitencia de la Hermandad de Vera-Cruz y Rosario desde la Capilla del Rosario.
Las puertas de este templo, sede canónica de la Hermandad, se abrieron aproximadamente a las 19:00 horas, dando lugar a uno de los momentos más destacados y esperados de esta jornada. Al salir María Santísima del Rosario, la Banda de Música Santa María del Alcor interpretó la marcha «Madre Rosario», compuesta por D. Ricardo J. Quirós López. Esta marcha, de corte alegre, se une a un repertorio propio de la cofradía cada vez más extenso, especialmente en composiciones para bandas de música.
Mientras la citada banda interpretó un repertorio donde destacaron las marchas clásicas y las de corte alegre, acorde a la propia idiosincrasia del paso de palio, en el paso del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Merced interpretó un repertorio de un estilo más clásico.
Las distintas calles de la localidad se fueron inundando de los característicos nazarenos de esta cofradía, que llevan capirote de raso verde en el Señor, mientras que en la Virgen llevan capirote de raso rojo. Algunos de los momentos destacados del recorrido fueron la citada salida de la Capilla del Rosario, el transitar por las calles Conde y Feria (calles por las que solo pasa esta cofradía) y la vuelta por Calle Rosario, donde la cofradía recorría los últimos metros de su itinerario entre el bullicio de sus vecinos y vecinas.
Entre los estrenos, además de la marcha «Madre Rosario», la corporación del Jueves Santo estrenó el dorado del respiradero frontal del paso de Cristo y una bandera dominicana que abría uno de los tramos de nazarenos de la Virgen del Rosario. También fue la primera estación de penitencia tras la restauración de la Virgen del Rosario, realizada por D. Enrique Gutiérrez Carrasquilla, al igual que se ha restaurado el dorado de la corona de salida de la Virgen.
También el exorno floral de los pasos fue destacado. En el paso del Cristo llamó la atención la utilización de un monte de corcho para simular el Monte Calvario, en el que se insertaron flores en tonos morados y rojos. Por parte del paso de palio, todo el exorno floral estuvo compuesto por una variedad de flores en distintas tonalidades de rosa.
La cofradía se recogió finalmente pasadas las 0:00 horas del Viernes Santo, ya dentro de lo que es la Madrugá, tras una magnífica jornada.