
Como cada año, el día 12 de septiembre se asoma en el calendario local con ruido y algarabía.
Se nos ha dicho que el día 12 y lo que le rodea es la panacea, el alfa y el omega, el día más grande de El Viso, el más deseado y esperado, el bien supremo. Lo que no se nos ha dicho es que, como cada año, volveremos a meternos en una burbuja que explotará justamente el dia tras la romería y hasta el próximo año, porque tendremos otras ocupaciones más importantes en las que dedicar nuestro tiempo que estar visitando a la Virgen en la parroquia, como si para Ella no fuese igual de importante un 19 de octubre o un 4 de febrero.
Se nos ha dicho que las Fiestas Patronales son las fiestas más importantes del pueblo, las más participativas, declaradas de Interés Turístico Nacional de Andalucía, donde vienen incluso foráneos a compartir con nosotros unos días cargados de fe y devoción sin iguales, una fe de todo un pueblo que sale a las calles a honrar pleitesía a la que es Madre de Dios y Madre nuestra. Que bonito queda esto escrito, ¿verdad?. Lo que no se nos ha dicho es que las fiestas se están alimentando desde fuera de la hermandad, la organizadora única de las mismas, con una toxicidad que poco a poco va diluyendo el auténtico sentido de todo esto. La esencia está en la Virgen y el mensaje evangélico que va asociado a su veneración y que debe rodear toda celebración religiosa que tiene origen en el seno de la Iglesia Católica. ¿A nadie le preocupa las repercusiones que puedan traer esta proliferación de eventos, espectáculos, tómbolas, verbenas y actuaciones musicales ideadas con la excusa de celebrar los días de la Virgen? Cuando nos demos cuenta vamos a tener más barras de bar que días de la novena.
No vendría nada mal que la Hermandad vaya cogiendo el toro por los cuernos y se vaya centrando en lo verdaderamente importante y lo que da sentido a una asociación de fieles cristiana en torno a la Madre de Dios y se olvide de invertir tanto dinero y esfuerzo en ofrecer al pueblo un entretenimiento vacío que lo único que hace es relegar los valores cristianos básicos a un tercer lugar.
Habrá quien se sienta aludido e incluso los habrá ofendidos. Se defenderán como gato panzarriba aludiendo a la participación del pueblo en masa, a que es muy bonito celebrar con familia y amigos entorno a comida y bebidas y todos esos mensajes que se suelen decir para no privarse de un rato de esparcimiento. Pero todos sabemos que la Virgen nada tiene que ver con una Cruzcampo o un cubatita de Legendario. No estoy en contra de que cada cual tome lo que quiera, cuando quiera y donde quiera con quien quiera, pero seamos serios y no pongamos a Ella como excusa.
Se nos ha dicho que poner papelillos en las calles y decorar los balcones es más divertido que rezar ante Ella. Lo que no se nos ha dicho es que también es menos auténtico.
Felices Fiestas Patronales. ¡VIVA SANTA MARÍA DEL ALCOR CORONADA!
Francisco Frade
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