
El pasado Viernes Santo, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno celebró su día más grande, en el que hubiera realizado su Estación de Penitencia al Calvario, aunque, por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia tuvo que celebrarlo en el interior de la Iglesia Conventual del Corpus Christi de una forma más íntima.
Las puertas del Convento se abrieron entre las 8:30 y las 15:00 horas para que los visueños pudieran acercarse a venerar a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, en un día marcado por la ausencia de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Señor de El Viso, en la que se siguen realizando labores de restauración.
A las 9:30, se rezó el Vía Crucis, el acto que sustituyó a la Estación de Penitencia, y, posteriormente a las 12:00 horas se rezó el Ángelus ante la Santísima Virgen, se leyó el Sermón de Jesús y se cantó la Sentencia. Este último ha sido un acto que la corporación nazarena ha recuperado para finalizar este acto central del mediodía, en el que el aforo del templo mercedario se completó.
Durante toda la mañana cientos de fieles y representaciones de hermandades se acercaron al templo mercedario, donde en el interior les esperaba un altar sencillo, que toma el modelo del realizado para la celebración del quinario varias semanas antes, donde la Santísima Virgen, ataviada del mismo modo que el Viernes de Dolores, con su saya más antigua y sosteniendo en sus manos la corona de espinas de plata del Señor, ocupa el lugar central sobre una peana realizada con el frontal de la canastilla del antiguo paso del Señor, bajo el mismo dosel que la cobijara en la Función Principal de Instituto.
A ambos lados de la Virgen y a una altura menor, están San Juan Evangelista y la Santa Mujer Verónica, que sostiene el paño con el rostro de Jesús Nazareno que realizó D. Ricardo Jiménez Ruiz. Las jarras que exornan el altar montado para esta ocasión contienen flores blancas, color que también se usa en la candelería que lo ilumina. Como último detalle, llamaba la atención la cantidad de flores que los devotos fueron dejando a los pies de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso a lo largo de la jornada.