
Durante la primera mitad del mes de julio, la Hermandad del Carmen celebra los cultos en honor a su Sagrada Titular, Nuestra Señora del Carmen, que tras dos años de pandemia volvía a recuperar el culto externo para finalizar sus cultos anuales.
Para ello, la Hermandad montó un altar efímero sencillo, siguiendo el estilo de años anteriores, con la Virgen del Carmen presidiendo la Iglesia Parroquial de Santa María del Alcor, sin tapar el retablo mayor. Este altar estaría montado durante los días del Septenario, apareciendo la Sagrada Imagen entronizada en su paso procesional sábado el 16 de julio, Festividad de Nuestra Señora del Carmen, en una jornada en la que tendrían lugar la veneración, la Solemne Función y la procesión gloriosa.
La Santísima Virgen se presentaba con el escapulario más antiguo que posee y manto de vistas bordadas tanto para los cultos como para la salida procesional. Los puntos de luz se disponían de forma simétrica en el altar, destacando el candelabro de los donantes de órganos, con el lema «VIDA Y ESPERANZA» pintado en un característico color marrón.
Respecto al apartado floral, cinco grandes ramos de flores variados se encontraban en el altar. Uno de ellos a los pies de la Virgen del Carmen, dos a los lados de la Virgen y los otros dos a los lados del propio altar de cultos, el cual se encontraba rematado en los extremos por jarras con flores de talco.
De esta forma, la Hermandad del Carmen volvió a celebrar unos cultos en los que la Virgen presidió la Solemne Función sobre su paso procesional, en este tiempo de Glorias que se está viviendo prácticamente con total normalidad, tras dos años de pandemia.